No estar jamás ociosos
El movimiento es la vida y la inanición es la muerte.
Debemos pues movernos, obrar, sudar, sin sudar el cuerpo enferma, porque no
expele todos los residuos del desgaste orgánico, sabido es que las maquinarias que no trabajan
se enmohecen y acaban por arruinarse antes de tiempo.
El ejercicio físico es uno de los estimulantes de la
energía vital, y por tanto un agente de curación de las dolencias.
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