La auto-aceptación es conocer
nuestras fortalezas y también nuestras carencias.
Aceptarse no significa conformarse.
Es indiscutible que la auto-aceptación y la autoestima de una mujer es la base
para su felicidad. Y para ello el primer paso, y el más importante, es
conocernos bien a nosotras mismas. Ahora bien, el hecho de que nos valoremos y
amemos como somos, no significa de ningún modo que debamos conformarnos con lo
que somos actualmente.
No hay seres humanos perfectos en
este mundo, ni tampoco esa debe ser la aspiración, pero todas tenemos
oportunidades de mejora en nuestras vidas, nuestras familias, nuestras
personalidades, nuestros cuerpos, nuestras mentes, y hacia ellas debemos
apuntar.
La idea no es tomar la salida fácil
diciendo «así soy, y no tengo nada que cambiar, no puedo hacer nada más por mí
misma», sino detectar esas áreas en las que podemos ser mejores cada día y
hacer nuestro mejor esfuerzo por cambiarlas de una manera realista y sana.
Una mujer segura de sí misma y que se
valora, sabe que siempre puede hacer algo más por ella misma y por sus seres
queridos y, sobre todo, sabe que los motivos interiores que impulsan su
determinación son los correctos.
Pongamos como ejemplo algo que se ha
hecho demasiado común en estos días de comidas procesadas y estilos de vida
sedentarios: el sobrepeso. Puede que en este momento tengas unas cuantas libras
de más. Aceptar tu cuerpo y amarlo no significa comer sin parar y ser una
gordita que aparenta felicidad; por el contrario, significa hacer lo posible
por cuidarlo y protegerlo. Así que, si te amas de verdad, harás cambios en tus
hábitos de alimentación y ejercicio para cuidar tu salud y lucir lo mejor
posible.
Aceptarse no significa conformarse: convicciones
propias
Se trata de tener expectativas
realistas en la vida. Una mujer segura entiende de igual manera que matarse de
hambre para parecerse a una modelo de revista (que muchas veces usa photoshop
para lucir perfecta), no es el objetivo. Su decisión interior de cambiar está
determinada por sus propias convicciones, opiniones, pensamientos, y no por lo
que diga el mundo exterior.
La auto-aceptación es conocer
nuestras fortalezas y también nuestras carencias, y una vez que las hayamos
detectado, dejar la pasividad a un lado y volvernos agentes activos en los
cambios que queremos ver en nuestras vidas.
Una mujer que se ama y se acepta sabe
encontrar el perfecto equilibrio entre la auto-indulgencia y la disciplina. Los
extremos siempre son perjudiciales; así que habrá momentos en los que podrás ser
más suave contigo misma, aceptando el hecho de que has cometido errores o que
tienes características que cambiar. Y, en otros, tendrás que ser más valiente y
decidida, sobre todo cuando sean cosas que están bajo tu control.
Por último, es importante que
aprendas a distinguir entre las cosas que están bajo tu control o dominio, y
las que simplemente no podrás cambiar nunca. ¡Y aprender a vivir con ellas!
Feliz, contenta y agradecida por lo que te han enseñado, porque también las
cosas malas ayudan a forjar nuestro carácter y destino.
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