La ansiedad escondida.
Ansiedad e ira suelen ir de la mano. La descarga biológica del estrés es bastante similar a la del enfado, por lo que una puede llevar a la otra con bastante facilidad.
Cuando alguien se encuentra en una situación de estrés continuado, podría tener numerosos estallidos de ira como forma de expulsar su tensión.
La ansiedad y el miedo también son bastante similares. Si bien la ira es la respuesta de lucha, el miedo sería la respuesta de huida. Cuando una situación desborda nuestros recursos y no sabemos afrontarla, la ansiedad no es suficiente y podemos entrar en estado de pánico. Cuando interpretamos que estamos en peligro y que no podemos defendernos, la ansiedad toma la forma del miedo, en un intento de salvarnos. Pero acaba resultando perjudicial y doloroso. Los que sufran de ansiedad y ataques de pánico lo saben bien.
Las emociones escondidas son aquellas que tapamos, ocultamos o incluso reprimimos, para evitar el dolor. Pero evitar sentir lo que tenemos que sentir nunca podrá ser una estrategia adecuada y, a la larga, sólo provocará más sufrimiento. ¿Tu ansiedad en qué se convierte?
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