A veces queremos ser héroes o heroínas y por nuestro espíritu samaritano queremos desvivirnos por brindar ayuda a los demás aunque al final ellos son los que deciden salir del hoyo o hundirse más, muchos no aceptan la ayuda así que en esos casos lo mejor es quedarse al margen de la situación, otros si piden de tu apoyo y gustosos aceptan la ayuda que les das pero no lo agradecen y tú esperas que te correspondan de alguna manera, en fin lo cierto es que no eres el salvador de nadie, podemos apoyar de vez en cuando en la medida de nuestras posibilidades pero nunca jamás sacrificar tú propio bienestar por alguien más por eso mejor enfócate en ti, concentra tu energía en hacer por ti, en tener paz, equilibrio, armonía, lo que te compete y es tu responsabilidad es tu felicidad no la de los demás.
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